JOSÉ CARATTOLI,
CAMPEÓN ARGENTINO MEDIO PESADO
Por José
Cardona *
José
Carattoli, Campeón Argentino medio pesado — Gana el título
En diciembre de 1928, la
Comisión Municipal de Boxeo (también autorizada para los campeonatos nacionales
profesionales) declaró vacante el título argentino medio pesado. La entidad
propuso una selección al empezar 1930, interviniendo en ella el ex Campeón
Olímpico Víctor Avendaño, primer pugilista de nuestro país en alcanzar ese
galardón; Luis Balladores, italiano ciudadanizado argentino; el ex monarca
Vicente Olivieri y el platense José Carattoli.
El 25 de febrero de ese año,
en el estadio River Plate de Buenos Aires, Olivieri (78,900) venció a
Balladores (75,400) por K.O. en el 9º round.
En el club San Lorenzo de
Almagro, Buenos Aires, 27 de febrero de 1930, Carattoli (76,600) dejó K.O. al invicto
Avendaño (77,700) en el segundo round. La mítica revista El Gráfico, con la firma de “Don Gordo”, comentó sobre esta pelea:
“Decididamente, no es Víctor Avendaño un profesional llamado a destacarse entre
los medio pesados locales. El simpático Campeón Olímpico es un muchacho de muy
buena voluntad y no pocas ponderables aptitudes, pero carece de una que creo
francamente indispensable para asegurar, entre las cuerdas del ring, el éxito
de cualquier profesional que aspire a conquistar gloria y provecho; le falta
inteligencia. Puede decirse que fue por eso más que por cualquier otra
circunstancia que perdió las otras noches en San Lorenzo frente al platense
José Carattoli, y digo así, recordando que la andanada de golpes con el que el
doble vencedor de Eladio Herrera lo conmovió primero y lo noqueó después ante
el visible estupor de los espectadores, fue la resultante de esa ausencia de
facultad intelectiva a que me refiero, y como todos saben no le permitió, al
‘fighter’ local, zafarse de una situación que por anticipado prometía
resultarle sencillamente desventajosa. Además, cometió Avendaño un imperdonable
error, tanto más imperdonable que lleva sostenidas más de ciento veinte peleas:
no tiene punch y aceptó el cambio de golpes a que intencionalmente lo provocara
su adversario, bien convencido, por lo demás, de que ese era el plan que convenía a sus manifestados
propósitos de ‘terminar cuanto antes’. No puede decirse que Carattoli sea un
hombre de muchos recursos, porque en realidad fueron pocos los demostrados el
jueves de la semana pasada; pero tiene para decretar definiciones terminantes,
uno de positivo valor: dinamita en sus puños. Su izquierda, sobre todo, es fulminante.
Y él le debe a una fulmínea explosión de su izquierda, llegada con precisión,
velocidad y fuerza al mentón de Avendaño, la suerte de haberle producido en el
segundo round, el primer knock-out de su carrera, que ojalá no lo sea también
de sus entusiasmos”.
Así, quedaron clasificados los
finalistas, y en el estadio San Lorenzo, el 22 de abril, se acordó el combate.
El cotejo provocó mucho interés por ser sus protagonistas dos populares púgiles
con características opuestas. Olivieri era “raro”: vivísimo, apelaba a toda
clase de recursos para evitar ser castigado. Sabía trabar y tenía mucha
cintura, de la que abusaba en demasía y a veces se agachaba exageradamente para
no recibir los golpes del rival; también, desordenado y sin línea. Sorpresivamente
empezaba a mover las manos en ‘swings’ de larga trayectoria que, cuando
llegaban, producían efecto por ser poderosos. En cambio, Carattoli todo lo
fincaba en su pegada y por lo general en su izquierda. Sabía buscar al rival y
encontrar la medida en el ring. Precisamente en esta pelea evidenció el
platense una superación en sus medios técnicos. Mayor noción de distancia y
justeza en la pegada. Sin embargo, el cotejo no alcanzó todo el lucimiento que
se esperaba. Apenas iniciado el combate, fue Carattoli el primero en atacar,
pero Olivieri lo contragolpeó. Pese a todo, sobre el final del round el
platense llegó con un neto cross de izquierda. Transcurrió la segunda vuelta
dentro de las mismas características, pero en el tercero, Olivieri se mostró
más decidido y logró sorprender a su adversario con largos golpes en forma de
‘swings’ que dieron en pleno en la mandíbula de Carattoli. Alcanzó mayor
movilidad el round siguiente, dado que ambos apuraron las acciones, pero
primero Carattoli ubicó potentes izquierdas al cuerpo y luego cruzó la derecha
a la cabeza, impactos que acusó Olivieri para trabar insistentemente. Reaccionó
éste en el quinto, pero sus manos no molestaron al platense mayormente. Se
llegó así a la que sería la última vuelta, o sea la sexta. Luego de un breve
cambio de golpes, Olivieri se recostó contra las sogas y en momentos en que
intentaba aplicar una izquierda, Carattoli lo recibió con un violento
contragolpe de derecha que llegó al mentón de su rival. Olivieri cayó a la lona
y la parte superior de su cuerpo quedó fuera del ring. Poco a poco, y en tanto
el árbitro le contaba los segundos, fue deslizándose afuera del tablado hasta
apoyarse en el pupitre de los periodistas, en donde se sostuvo y se incorporó
hasta ponerse en pie cuando la cuenta había llegado a ocho. Olivieri,
completamente mareado, permitió que el platense lo rematara en un costado del
rincón con una violenta derecha. Cayó pesadamente y dio varias vueltas sobre sí
mismo, hasta que se detuvo y finalizó la cuenta reglamentaria de los diez
segundos. Habían transcurrido dos minutos y cincuenta segundos del round. Llama
la atención a través de este relato que la definición la hubiera alcanzado
Carattoli con derechas, pero es que desde la segunda vuelta actuó con su
izquierda lesionada, razón por la que no la utilizaba. Se consagró, así, José
Carattoli, pupilo de Manolo Hermida, como un valor de grandes perspectivas…
(*) Fuente: K.O. Mundial, número 895, Libro de Oro 34, Buenos Aires,
Argentina, 28 febrero 1970
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